viernes, 4 de mayo de 2012

DE GENIOS, SABIOS Y LABERINTOS APUNTES PARA UNA REFLEXIÓN SOBRE CALIDAD/CRISIS DE LA EDUCACIÓN


Ya son bastantes los ríos de tinta que han corrido a propósito del tema de moda: la calidad de la educación[1]. Muchas editoriales y crónicas en los principales periódicos del país, así como muchas discusiones abiertas en los foros virtuales y en las redes sociales que aglutinan grupos de maestros del país, han tenido como tema central este tema tan controvertido y complejo que debe contemplar no solo los aspectos pedagógicos, sino los logísticos, administrativos, laborales y, por lo tanto, sociales.  Pretendo con este borrador presentar, a mis hipotéticos lectores, algunas reflexiones que considero importantes para pensar en una educación fortalecida y que responda a las necesidades e intereses de nuestros jóvenes estudiantes.

Quiero presentar una pregunta guía, planteada desde la perspectiva del otro y no desde la mía propia; es la que me hace un estudiante imaginado para increparme y cuestionarme (por no decir angustiarme): “¿Qué me puedes enseñar tú que yo no encuentre hoy en la red, en la televisión, o en la calle?” (¡Plop!). Vamos viendo que el problema de la educación hoy es mucho más complejo de lo que aparenta. Si bien la información está disponible en cualquier lugar y a cualquier hora, se necesita del maestro. Pero ¿para qué? ¿Acaso para vigilar? ¿Acaso para decidir? ¿Acaso para evaluar? Parece que asistimos a una especie de derrota, por no decir agonía de la institución escolar.  Esta pregunta sobre qué puedo enseñar me pone en un lugar de enunciación donde indefectiblemente debo hacerme cuestionamientos profundos:  en primer lugar, me pone en una perspectiva de valores más que de conocimientos; luego, me sugiere que la evaluación, de por si camino complejo, largo y culebrero, va mucho más allá de la calificación, la competencia o el desempeño; tercero, me invita a pensar en aquello que quieren y necesitan los estudiantes y, finalmente, sobretodo, me cuestiona en quién soy yo para determinar que la escuela es la que definitivamente sabe y tiene la última palabra sobre lo que quieren o necesitan sus estudiantes.

Esto es mucho más incierto y problemático de lo que parece. Quizás uno de los factores que más influye sea el económico, pues se constituye en un elemento decisivo y protagónico en la crisis en la cual se encuentra la educación: podemos presentar en primer lugar el déficit de recursos en el cual estamos sumidos desde hace unos años por culpa de las políticas de recorte fiscal jalonadas por organismos internacionales; a esto se debe sumar la creación de una cultura de la mendicidad: hoy es un delito pedir un libro, una fotocopia, no se pueden pedir materiales, porque los padres siempre están raudos para la queja, veloces para el reclamo. Se piden 100 pesos y ya se escucha un murmullo soterrado sobre la “gratuidad de la educación”. Así, y junto con el refrigerio, los subsidios de transporte, los de asistencia y las familias en acción se ha creado una generación de mendigos, pobres, pedigüeños y miserables que se acostumbraron a la gratuidad y que no están dispuestos a poner un solo centavo para invertir porque el Estado les ha dado siempre la limosna; así una educación, pobre, miserable, sin recursos, sin equipos, a la retaguardia total de las nuevas tecnologías y a la cola de los colegios privados, abre cada vez más la brecha entre ricos y pobres; la diferencia es cada vez más abismal: la inequidad, la exclusión, la poca competitividad en relación a aquellos que pagan y que tienen otro tipo de oportunidades de formación, son el pan de cada día de nuestras nuevas generaciones.

Pero el factor económico tiene otra cara; la del día a día, la de la cotidianidad, la que nos lleva a todos a trabajar mucho para poder tener todo aquello, que los medios dicen, son las señales de prestigio, distinción y diferencia. Los jóvenes son el grupo más favorecido (y más vulnerable) a este inteligente movimiento de la economía. Se usan las adscripciones identitarias para que el joven consuma: la ropa, los accesorios, los adornos corporales, la música, la manera de vestir, el caminar. Nuestros estudiantes no son ajenos a los estereotipos, figuras e ídolos que ven permanentemente en la televisión y en el internet. Quieren ser iguales o diferentes, pero quieren participar de lo que les vende el mundo. Y para esto se requiere dinero. Dinero que pueden obtener por medio de sus padres -que se ven “a gatas” para pagar arriendo, alimentación, transporte, servicios, fuera de las demandas de sus hijos (muchas veces se da a estas la prioridad por la culpa que genera dejarlos solos)-; o este dinero se puede conseguir de manera rápida (y no por ello fácil): delinquiendo. Mucho hemos escuchado sobre los jóvenes que roban y matan por un celular, las niñas prepago que trabajan para comprarse un jean, los que matan por un par de tenis. Muchos son los casos. Y la escuela mira perpleja y se pregunta ¿acaso somos nosotros los artífices de tal situación?

Esto nos cuestiona. Nos pone contra la pared.  Y nos hacemos muchas preguntas: “¿qué pasa con estos muchachos que no quieren hacer nada? ¿no son suficientes las miles de oportunidades dadas y que no toman? ¿será que la solución son los ciclos? ¿o será el SENA y la articulación la salvación a nuestros problemas?, ¿será que hemos estado equivocados? ¿qué pasa con sus familias? ¿será que están solos?” Puedo pretender algunas respuestas: que los papás dejaron la responsabilidad de la formación, del afecto, del cariño, de la compañía o de la guía espiritual a todos los actores sociales (la escuela, la televisión, los medios de comunicación, etc), y que la familia también está en crisis.  O como dijo hace poco un profesor: “lo que pasa es que los papas del sector salen por las mañanas con dos bolsitas en la mano, la de la basura que dejan en la esquina y la del hijo que dejan en el colegio”. ¡Qué tremendo dilema!

Tal es la disyuntiva que hace unos días un profesor decía que le gustaría que viniera un genio, un sabio, alguien que supiera mucho y nos dijera qué hacer, cómo actuar, dónde buscar las puertas; en fin, alguien que nos diera el ovillo de Ariadna para salir de este laberinto, para solucionar la situación. Lo cierto es que ese genio, mago, sabio o culebrero (incluso la misma Ariadna) no tienen la solución para la vida de esta sociedad enferma. Y digo enferma en tanto ya no somos ciudadanos sino consumidores, en la cual se mide lo que se tiene y no lo que se es; enferma y trastornada profundamente pues los referentes para el actuar no son éticos y políticos sino farandulescos y espectaculares, pues en este país siempre será más fácil ver ídolos de papel y estrellas efímeras, que enfrentarnos con esta política corrupta, viciada, injusta y completamente sumida en la impunidad, como es la Colombiana.

Mi propuesta es que nos detengamos a pensar nuevamente en la pregunta con la que inicié: ¿Qué puedo enseñarle a mis estudiantes que no está ya disponible para ellos en los flujos de información que se dan gracias a la tecnología actual? A lo mejor la respuesta sean valores: los que ya no se inculcan en casa porque están solos; los que se desdibujan en una narcopolitica llena de deshonestidades, impunidades, roscas e intolerancia. Valores que parecen que no valen en este nuevo narcopais que emerge y dice a los cuatro vientos: “se vale todo para tener dinero”.  Preguntas miles.  Respuestas pocas.  No hay genio de la lámpara, no hay héroes. No hay Ariadna. Solo nosotros y este laberinto. Que la fuerza nos acompañe.

Nota adicional: Para el día en que termino de escribir estas líneas ha habido la noticia de unas estudiantes que pretendieron envenenar a su profesora en Facatativá – Cundinamarca.  ¿Estamos en crisis?


[1] Sugiero la lectura de los siguientes artículos:
-          El Tiempo. Ser maestro oficial. Una profesión que está en crisis. Publicado el 25 de abril de 2012 y disponible en:  http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/ser-maestro-oficial-una-profesion-que-esta-en-crisis_11656721-4.
-          El Tiempo. Se necesitan estimulos para que sea mas atractivo ser profesor.  Publicado el 25 de Abril de 2012 y disponible en: http://www.eltiempo.com/vida-de-hoy/educacion/se-necesitan-estimulos-para-que-sea-mas-atractivo-ser-profesor_11656722-4.
-          El Espectador.  Derechos sindicales vs Calidad de la Educacion.  Publicado el 24 de abril de 2012 y disponible en:  http://www.elespectador.com/opinion/columna-340865-derechos-sindicales-vs-calidad-de-educacion.  Este artículo hace referencia a la gran cantidad de prebendas y privilegios que tenemos los docentes; descarado por demás, hace alarde del generoso régimen prestacional y de salud de los maestros, de la cortísima jornada laboral presencial, de las exiguas 22 horas de clase; en fin, pone de manifiesto que las reivindicaciones laborales de los docentes se encuentran por encima de la calidad de la educación. Sobre este articulo se generó todo un movimiento en la red para responderle a la periodista; por ejemplo, se habló acerca de las amenazas y agresiones que vienen soportando muchos docentes (caso Colegio Fanny Mickey, por ejemplo); del papel que nos toca desempeñar como profesores: entiéndase psicólogos, psicoterapeutas, trabajadores sociales, cuidadores, policías, orientadores, educadores especiales, guías espirituales y hasta mamás o papás; del parámetro de estudiantes que puede ser de 40 a 50 estudiantes (profesores de primaria), hasta 500 estudiantes (caso de los docentes de secundaria o media); se pone también sobre la mesa la responsabilidad social que se le ha endilgado a los profesores: si hay “traquetos” es que hay malos profesores; si hay prostitutas es que hay malos profesores; si hay delincuentes, guerrilla, sapos, en fin, si en este país hay guerra, ha sido porque los docentes de este país, en diferentes momentos históricos han puestos por encima de su labor profesional lo que la periodista llama las reivindicaciones laborales. Una buena pregunta para esta periodista y para todos aquellos que están de acuerdo con sus planteamientos podría ser ¿y dónde estaban los papas y las mamas de estos retoños de delincuentes? Donde estaba la familia? ¿Acaso les acompañaron en sus deberes escolares? ¿Acaso se encontraban presentes como autoridad efectiva en el hogar?  La discusión continúa abierta.

lunes, 13 de septiembre de 2010

ROSARIO TIJERAS, EL CAPO Y OTROS DEMONIOS REFLEXIONES BREVES SOBRE CASUALIDADES O CAUSALIDADES

Para nadie es un secreto que la educación actual atraviesa un momento de crisis. Nuestros niños, niñas, jóvenes, padres y madres de la familia y nosotros mismos, no sabemos o no podemos explicar que es lo que está sucediendo; es común y recurrente escuchar conversaciones con expresiones como: “la educación era mejor antes”, “la familia no está cumpliendo su papel”, “los niños están demasiado solos”, “los padres de ahora son muy permisivos”, “el colegio se convirtió en un parqueadero de niños”, “la televisión es la mejor (y única) compañía de los jóvenes”, “se perdieron los valores”.

Con esta perspectiva, se hace necesario preguntarnos qué está sucediendo con nuestros jóvenes. Quiero empezar esta reflexión breve mencionando al miembro más importante de todos los hogares del país: el televisor. Hemos dejado que se meta en nuestra vida de tal manera, que le permitimos que entrara en nuestro cerebro y en nuestro corazón; nos dice todos los días qué comer, qué vestir, qué sentir, qué escuchar, qué creer, que saber, que querer, que aprender. Nos bombardea permanentemente con publicidad diciendo que todo lo que somos está mal; que nuestro cuerpo está mal, que nuestra forma de ser está mal, que todo, absolutamente todo, está mal. Basta con ver los comerciales de cuerpos esculturales (o anoréxicos), sonrisas esplendidas y familias perfectas diciendo: “tranquilos: todo se puede arreglar… si compras algo que te haga feliz…”

Pero la televisión también nos ha mostrado unos modelos de vida que nuestros niños y jóvenes están siguiendo al pie de la letra: sicarios, traquetos, delincuentes, prostitutas. El mensaje para los jóvenes es simple: “si quieres éxito debes tener dinero, si quieres dinero debes hacer lo que sea necesario, no importa si es matar, robar, delinquir”. Para las mujeres el mensaje es similar: “si quieres éxito debes ser bonita (físicamente hablando, lo demás no importa), para ser bonita debes hacer lo que sea porque tu cuerpo no está bien, pero tener un cuerpo perfecto vale dinero y para conseguir dinero debes hacer lo que sea”. Qué se podría esperar de un ciudadano que viva bajo estos principios.

¿Qué ven nuestros niños y jóvenes hoy? ¿Qué han visto durante los últimos cinco años? Pues Rosario Tijeras, el Capo, sin tetas no hay paraíso, el cartel, las muñecas de la mafia, pandillas guerra y paz y un listado interminable donde los temas son evidentemente, la difícil y dura realidad de muchos jóvenes colombianos. En este sentido, ¿será que esta amalgama de mensajes es la cuota necesaria para enardecer las hormonas de una jovencita y hacerla reaccionar -cual aprendiz de matón-, e insultar, agredir, chuzar y matar a una compañera de su mismo salón de clase? Nuestros jóvenes están empezando a tener unos referentes simbólicos ambiguos; están construyendo su subjetividad personal desde lo que ven, están cimentando su futuro con base en ídolos de barro, ilícitos, indebidos, ilegales y efímeros.

Entonces, no es casualidad que estemos escuchando, cada vez con mayor frecuencia que un menor de edad comete asesinato. No es casualidad que nuestras jóvenes hayan empezado a trabajar como prostitutas prepago. No es casualidad que los embarazos adolescentes y los abortos hayan aumentado considerablemente. No es casualidad que cada vez más tengamos más niños y niñas consumidores y distribuidores de droga. No es casualidad que cada día tengamos a un estudiante en nuestro salón de clase bajo los efectos de alguna sustancia psicoactiva. No es casualidad que uno de mis estudiantes de grado sexto diga, entre chiste y chanza (según él), que su proyecto de vida es ser militar, sicario o traqueto. No es casualidad. Es producto de ese tratamiento morboso y cáustico que se le ha dado a la realidad colombiana: una moda que vende y que mantiene los rating muy altos.

Casual o causal. He ahí la cuestión. La situación que estamos viendo contra los niños y los jóvenes, la misma que comenten adolescentes, las violaciones, los embarazos, la prostitución, el consumo de sustancia ilícitas, los suicidios, las riñas, el abuso escolar; no son más que las manifestaciones lógicas de lo que nos está comunicando el miembro más importante de nuestra familia. El televisor se ha convertido en un enemigo en casa que debemos tener bajo estricta vigilancia; no podemos seguirle permitiendo que se entrometa en nuestras vidas y en nuestros corazones. Así que, ¡cuidado!, Rosario y sus tetas, el Capo y sus sapos, si bien son parte de la realidad colombiana, también son la causa de muchos de los problemas de nuestros jóvenes.

domingo, 3 de mayo de 2009

HOY NO QUIERO TENER HIJOS

Tan sólo quiero decir que todo esto de la gripa AH1N1, ha traido a mi demasiadas inquietudes. Que la guerra biológica entre Estados Unidos y Cuba; que las mentes criminales que han creado las enfermedades en los laboratorios; que el complot internacional para cambiar la atención hacia temas que no tengan relación con la crisis económica mundial; que el complot nacional para desviar todas las discusiones en torno al tema de los hijitos del presidente "paisadilla"; que el sistema de salud colombiano no es más que una quimera; que hay manos criminales en la producción de animales para el consumo humano; que hay que usar tapabocas y que estoy eximida de presentarme a trabajar en caso de tan terribles síntomas; que la alarma ya es general en Colombia por la aparición de un caso; que no debemos alarmarnos. En fin. Creo que de tanta informacion sobre este virus, me estoy empezando a sentir mal, pero no por algún síntoma específico, sino porque concluyo que una gripa como esta es tan solo la punta de un iceberg que esconde la ambición, la sordidez y la miseria humana. Hoy no quiero traer un hijo a este mundo infame. Hoy tan solo quiero estornudar en paz.

jueves, 12 de marzo de 2009

EDUCACIÓN POR CICLOS: INQUIETUDES A PROPÓSITO DE LA REORGANIZACIÓN DEL SISTEMA EDUCATIVO


En primer lugar debo decir que estoy convencida que una reorganización del sistema educativo formal debe contribuir de alguna manera a repensar de una manera diferente la educación. Sin pretender herir susceptibilidades dentro del magisterio, es muy común encontrar niños, niñas y jóvenes realizando deberes escolares similares a lo largo de sus 11 años de formación escolar (¿deformación escolar?), o encontrar docentes que “depositan” información, contenidos, temas, fechas y recetas en los cerebros “vacíos” de sus estudiantes.

Desde esta perspectiva es indiscutible que se hace necesario re-pensar, re-crear y re-organizar la educación, pues ha cambiado el mundo y la escuela debe responder a estas transformaciones. La escuela y sus actores tenemos el reto de formar las y los ciudadanos del siglo XXI; la pregunta sustancial es ¿cómo debe ser este ciudadano o ciudadana del siglo XXI? ¿Es un depositario de datos e información? ¿Es una persona competente en el campo laboral? ¿Es un empresario? ¿Es un político? ¿Es un intelectual? ¿Es un crítico? ¿Es un consumidor?

Si bien resolver este asunto no es el objeto de esta breve reflexión, debo decir que cualquier intento por agitar el estatismo existente dentro de la institución educativa en general, es un primer paso hacia su transformación.
  • Las mentalidades. Se hace necesario promover un cambio en la mentalidad de los y las docentes. Resulta que llevamos bastante tiempo acostumbrados a hablar de manera segmentada: primaria y bachillerato, licenciatura y área de desempeño. Alrededor de este fraccionamiento hemos cimentado y alimentado nuestra identidad como docentes; expresiones cotidianas como “yo soy la profesora de primaria” o “yo soy el profesor de sociales” tienen toda una carga simbólica e histórica de poder: el poder del que sabe; se sabe algo o lo otro, se sabe, se maneja y se utiliza lo que se sabe como un territorio en que yo soy dueño y los demás intrusos. Primer aspecto tenaz para abordar una transformación de la educación. A manera de reflexión dejo la frase del conocido filósofo Chespirito: “el que nada sabe, nada teme”. Y es probable que algunos tengamos miedos y reticencias, porque creemos que muchas cosas sabemos.
  • El lenguaje cotidiano. Hasta hace unos años, aún logro recordarlo, mi madre, mi padre y algunos profesores se expresaban de la siguiente forma: “estudié hasta cuarto”: traducción, cuarto de bachillerato igual noveno grado; “en sexto todo era complicadísimo”: traducción, sexto de bachillerato igual grado once. Con esto quiero decir que ya se hizo un intento para dar la idea de continuidad dentro del sistema educativo. Desde hace no muchos años se empezó a hablar de grados sexto a once como la continuidad de la educación primaria. Ahora bien, lo diferente ahora es que hablamos de ciclos, cada uno con duración entre dos y tres años. Si se quiere hacer una transformación debemos empezar a apropiarnos de un lenguaje que nos lleve a esa innovación: “el estudiante de ciclo III-1 tiene un problema de convivencia”: traducción, el niño de quinto de primaria es insoportable, o “hola, soy estudiante del ciclo V-2”: traducción, este año me voy del colegio y no se si podré estudiar o me toque trabajar. Segundo aspecto que convoca no solo a docentes, sino a la comunidad educativa en general para promover la reorganización de la educación.
  • Revisión de los planes de estudio y el currículo. Este punto tiene mucho que ver con el que hace referencia a las mentalidades. Voy a exponer un ejemplo, reitero, sin el ánimo de lastimar o lesionar el quehacer de mis colegas. Conversaciones en reuniones de área: “el tema de octavo debe ser África y el de noveno es América”, “en primero se ven conjuntos y en segundo operaciones básicas”, “ciencias políticas en once y filosofía en décimo”. Será complicado realizar una revisión de los planes de estudio y el currículo, en tanto que los docentes sigamos pensando que somos dueños de un pedazo del saber. Obviamente la dificultad empieza en la formación de los y las docentes, pues las universidades han instruido licenciados en disciplinas cerradas, y muchas veces nosotros somos incapaces de entablar puentes y conexiones entre nuestro saber con el entorno, con la resolución de problemas cotidianos, con las problemáticas políticas e ideológicas de cada situación o de cada región. Tercer punto, por demás complejo, el de revisar con profundidad los planes y programas, a la luz de la pregunta que tipo de persona queremos formar.
  • Los resultados. Es evidente que reorganizar la educación hacia los ciclos es encaminar el proceso educativo con el desarrollo humano de los y las estudiantes. Por eso se hace necesario revisar, reajustar, reorientar el plan de estudios de la institución en todos los niveles. Se podría decir que es la oportunidad para formar ciudadanos y ciudadanas integrales, felices y dispuestos a aportar en la construcción de una sociedad libre, que respeta y hace valer los derechos humanos, que conoce sus deberes… bla… bla… bla…. No podemos olvidarnos del examen del Instituto Colombiano para el Fomento de la Educación Superior, el cual es hoy por hoy un rasero, una regla, un medidor, un taxímetro de lo que se sabe y lo que no se sabe en las instituciones escolares. Es evidente que esta prueba evalúa competencias y conocimientos de diferentes áreas. Entonces, el cuarto aspecto a tener en cuenta es cómo pensar una educación por ciclos cuando los sistemas evaluativos gubernamentales siguen preguntando datos e información sobre las asignaturas.
  • La evaluación. Para mencionar algunas inquietudes sobre este punto voy a referirme al caso del ciclo III. Este ciclo consta de tres años (5º, 6º y 7º); por lo tanto el ciclo completo dura 12 periodos. Al finalizar cada año, ¿cómo se presenta el informe al padre de familia? ¿El estudiante paso el año? ¿El estudiante ha sido promovido? ¿La promoción será automática? ¿Se hablará de reinicio del año o del ciclo? Uf!!! Ya no habrá que hacer comisiones de evaluación y promoción porque todo el mundo pasará el año. Quinto punto, quizás uno de los más delicados, la evaluación ya no de los aprendizajes sino de los proceso de aprendizaje y viene el último.
  • Lo operativo. Y voy al grano: ¿Cómo se evalúan procesos de pensamiento en grupos de 45 estudiantes, todos diferentes, todos diversos, todos universos? ¿Cómo evalúo los procesos de pensamiento de los 495 estudiantes que llegan a mi aula cada semana? ¿De que forma realizo un seguimiento, determino avances, talentos, insuficiencias y aciertos? ¿Cómo se monitorea en el mediano – largo plazo si el estudiante ha cumplido con los objetivos de cada ciclo?

A manera de conclusión de trabajo y para posteriores discusiones, debo defender una hipótesis aún no experimentada sobre mi campo del saber: el arte y la música; artes y todas sus manifestaciones (manualidades, música, expresión plástica, expresión literaria), así como las expresiones del cuerpo humano (expresión corporal, danzas, teatro, gimnasia, educación física) son las herramientas para promover, fortalecer y mejorar los procesos de pensamiento, pues desarrolla sus contenidos a través de la lúdica, la estética, a través del hacer y de la percepción. Desarrollar la expresión artística y corporal da la posibilidad de estructurar proceso mentales sólidos y fuertes para aprender a aprender, a ser y a hacer. La educación artística, que aporta en la construcción de seres humanos sensibles, inteligentes y perceptivos, debería ser una de las llamadas a aportar en la reconstrucción del currículo y debería estar presente en todas las etapas de la vida escolar. Sin embargo, los docentes de estas áreas vemos con tristeza que no es una prioridad tener docentes especializados en artes en la fase inicial de los niños y las niñas.

En la institución Ismael Perdomo se hace necesario preparar a los y las docentes para el cambio, para la transformación. Se necesita cualificación permanente y capacitaciones, pues se puede cambiar el nombre, pero lo sustancial se da en las aulas, en el diario quehacer con niños, niñas y jóvenes, en la manera de planear nuevas actividades pedagógicas, en repensar los objetivos de la educación que impartimos, en innovar. Se necesita aprender a desaprender lo que creemos saber. Dejo acá mis inquietudes y espero que sirvan para seguir aportando en este camino nuevo que se perfila interesante y lleno de mucho, muchos retos. Y ojo con esto: pensar diferente es un reto, poner en práctica lo diferente es uno mayor.

lunes, 24 de noviembre de 2008

PAGINA EN BLANCO

Hoy podría escribir sobre mis labores en el colegio, sobre el desastre de semana cultural, sobre la entrega de notas o sobre la finalización de las actividades escolares en mi nicho laboral. Sin embargo, no tengo ganas de escribir sobre nada relevante... Unas cuantas palabras conexas sólo para no perder la costumbre de escribir y escribir (pues hace tiempo no lo hacia). Página en blanco porque no tengo un tema específico, determinado. El amor, la risa, los sueños, las tristezas, el tiempo, cualquier cosa podría ser un buen tema: hoy solo voy a escribir sobre lo que no quiero escribir... A lo mejor, en unos dias lo borro y ya. Por ahora, esto es una página en blanco...

lunes, 3 de noviembre de 2008

SOBRE EL SENTIDO DE LA VIDA


El día de ayer, gracias a mi querido amigo JUANITO, me encontré de frente con una realidad contundente: la vida es muy, muy, muy corta. Y no es que nos la hayamos fumado verde o algo por el estilo, simplemente fuimos a ver la exposición sobre los dinosaurios que hay en plaza de las américas (centro comercial ciudad de Bogotá) y no es fácil meterse en la cabeza que estos seres vivientes caminaron por la tierra e hicieron de las suyas hace tan solo 250 millones de años. ¿Puede usted imaginarse 250 millones de años? En mi cabeza ni siquiera tengo la dimension temporal de un siglo, pues con algo de suerte tan solo llegaré al promedio de vida de un ser humano común y corriente.

Entonces, me preguntaba ¿qué sentido tiene la vida, cuando es tan corta? ¿tienen algún sentido las guerras, el poder, el dinero, las disputas? Me quedé pensando sobre ese tiempo que va pasando tan estrepitosamente rápido y en cuáles deberían ser las cosas que valen la pena vivir y disfrutar en un tiempo tan efímero. Llegué a la conclusión que lograr un objetivo no debe ser el sentido de la vida; mas bien debe ser el camino que se recorre para llegar a ese lugar... Por eso estoy convencida que el caminar en busca de una felicidad pintada de arcoiris (o cómo nos lo ha definido la religiosidad occidental: un paraiso sin serpientes), no puede ser el sentido de la existencia.

El sentido es la maravilla de nuestro cuerpo, el encanto indescriptible de poder ver el mundo, respirar, caminar, cantar, reir, llorar, orar, aprender... Esos, creo, son los sentidos que debemos dar a nuestra existencia, sentir la vida con todo, con la piel, con las emociones, con el dolor, con los sueños.

Estar viva hoy es un regalo, respiro, sonrio, lloro, escribo, sufro, amo, aprendo, canto, sueño. No estaremos aqui el próximo siglo, en 250 millones de años nadie sabrá que existí, pero hoy seré feliz.

sábado, 1 de noviembre de 2008

¿POR QUÉ CAMINAR, APRENDER, MUSICAR?

Bueno! Les voy a contar la historia: En el año 2004 se realizó una investigación sobre rutas pedagógicas en educación musical en 10 colegios de la ciudad de Bogotá. Esta investigación fue realizada por mi querido profesor y amigo FRANCISCO BERNAL (conocido en el bajo mundo como PACHO), una compañera y querida ex-amiga (no diré nada más) y quien estas líneas escribe.

Se llamó así: CAMINAR, APRENDER, MUSICAR: RUTAS PEDAGÓGICAS EN EDUCACION MUSICAL EN COLEGIOS DE BOGOTA. De toda la experiencia se aprendieron muchas cosas; tuvimos la oportunidad de conocer al profe Gustavo González Palencia (ganador hace pocos días del premio Compartir al Maestro). Indagamos sobre cómo se enseña y se aprende la música en los colegios de la ciudad y, ¡bueno! el panorama que vislumbramos no es fácil. Los docentes especializados estamos nombrados para la secundaria, cuando el derecho de las cosas debería ser que se trabajara desde los primeros años.


Ese es el origen de la propuesta CAMINAR, APRENDER, MUSICAR. Un buen inicio. A partir de eso y de mis experiencias en la docencia, hace unos meses me embarqué en la vaca-loca idea de hacer una propuesta en el marco del programa Maestros que aprenden de maestros (yo he querido volver a titularla: MAESTROS QUE APRENDEMOS DE MAESTROS). La propuesta está encaminada a ofrecer a los docentes de primaria unos elementos musicales sencillos que puedan aplicar en su diario quehacer. ¡Uf! Menuda tarea. Esta propuesta se realizará en el colegio Ismael Perdomo la próxima semana, así que les estaré contando lo que acontece.

LA FUNCIÓN SOCIAL DE LA EDUCACIÓN: RETO DE MAESTROS, MAESTRAS, PADRES Y MADRES DE FAMILIA

Desde mi punto de vista, creo que la sociedad le ha dado al sistema educativo una triple responsabilidad: transmitir el patrimonio cultural, coadyuvar en el proceso de socialización del ser humano y transmitir unos saberes y conocimientos que cada sociedad considera fundamentales. Cabe resaltar que aunque el sistema educativo está conformado por lo que se denomina educación formal, no formal e informal, existen otros agentes educativos como la familia, el grupo de amigos, los medios de comunicación, entre otros.

Ahora bien, se puede decir que en el mundo actual cohabitan el desarrollo tecnológico, el dominio económico de grandes empresas multinacionales y al mismo tiempo, una miseria inimaginable de algunos grupos humanos (como es el caso de los habitantes de África); todo esto ha conllevado a una crisis de deshumanización del ser humano. En consecuencia, es preciso insistir que el educador de hoy debe reflexionar acerca de la problemática que vive; debe asumir una responsabilidad social para intentar superar la crisis en la que, sin remedio, se ve involucrado.
En este punto, cabe preguntarse cuál es la función social de educador del siglo XXI, y específicamente cómo ésta se ve reflejada en los educandos que van a hacer parte de la sociedad del mañana. Sin embargo, debemos entender que los educadores no somos solamente los que trabajamos durante una jornada en una institución educativa; o los que iniciamos a niños y niñas en el maravilloso e inefable mundo de las letras, los signos y los números; o solamente aquellos que enseñamos fechas, lugares, canciones o poesías.

Educadores son también los niños, niñas y jóvenes que nos dan una lección todos los días para ser mejores maestros y maestras; son los padres y madres de familia que, incansablemente, acompañan a sus hijos es hijas por el camino de ser mejores personas; son los padres y madres de familia que enseñan el valor del respeto, la amistad o la solidaridad.

Así pues, es necesario preguntarnos cual es nuestro reto. No es posible que nos quedemos esperando a ver que nos puede ofrecer la escuela y la sociedad; es necesario que padres o madres de familia, docentes, directivas y estudiantes recordemos todos los días que tenemos la responsabilidad social de darle a nuestro país personas integrales, inteligentes, críticas, pero sobretodo, felices.

SALUDO DE BIENVENIDA

Esto de la tecnología puede atropellar a más de uno... Sin embargo intentare no morir en el intento. Ahora bien, ¿qué busco creando este espacio virtual?, pues establecer canales de comunicación acordes con el mundo actual, sobretodo con mis queridos y queridas estudiantes. Voy a ver cómo me va en esta titánica tarea. Por ahora dejo un frio saludo virtual pero un cálido abrazo para quienes se empiecen a interesar por estos temas de los caminos, el aprender y la música.